Hacía ya tiempo que no
deseaba el final de un año con tantas ganas. Sin llegar a ser
totalmente nefasto, el 2012 para mí no ha sido desde luego un año
para recordar, al menos comparado con otros. Como siempre digo, no
han faltado buenos momentos, pero en general he vivido este año más
con sombras que con luces. También ahora he llegado a un punto en el
que la idea de pasar más tiempo en China ya no me entusiasma como
antes. La única posibilidad de seguir en este país pasa por cambiar
por fin de lugar de trabajo, algo que no sucedería hasta el próximo
agosto, y que visto lo visto no está tan fácil. Pero aún así, hay
muchos otros motivos, no solo laborales, que me empujan a irme de
aquí, y que mejor relataré a su debido tiempo en otra entrada. Sea
como sea, me alegro mucho de que se acabe el año en que vivimos
sórdidamente.
A pesar de haber estado en
España solo en verano, la crisis y el malestar generalizado que se
vive allí no me ha sido para nada ajeno. Sigo a diario las noticias
y el ambiente no invita para nada al optimismo, lo que me afecta
aunque siga teniendo trabajo. El verano me “contagié” de este
mal rollo y regresé a China algo cabizbajo, pensando como había
cambiado la situación, y de que mi principal razón de permanecer
aquí ya no era tanto el interés por el idioma, la cultura, etc sino
la mera necesidad y el miedo a lo que me esperaba en mi tierra si se
me ocurría volver. Cada vez me cuesta más encontrar motivos para
seguir, más allá de garantizarme las habichuelas, y esto no es
bueno. Empecé una relación con una chica china, pero al final no
salió bien, lo que no ha hecho más que acrecentar mi decepción con
este país. Todo ello ha conducido a una espiral de pequeños
problemas que se van juntando, y que se acaban mezclando con la salud
y el rendimiento laboral. Por suerte, no es la primera vez que pasó
por algo así, y saldré de esta si o si.
Pero bueno, como digo, no
todo ha sido tan desastroso. Por ejemplo, si tengo que reseñar algún
logro palpable y digno de mencionar en este 2012, ese es la
confirmación de mi nivel de chino, tras conseguir el certificado HSK
(el diploma oficial de mandarín) de grado 3 (intermedio). La verdad
es que no fue complicado, solo quería corroborar con algún tipo de
título el nivel que ya sabía que tenía. El verdadero reto vendrá
el próximo mes de abril, cuando me presente al grado 4. Por lo que llevo preparado,
sé que no va a ser tan sencillo, pero allá voy. A nivel oral, ya a
estas alturas noto que me puedo desenvolver sin problemas en muchas
situaciones, aunque todavía me cuesta entender a la gente, más que
nada por el acento o el uso de dialectos locales. Pero si me hablan
claro y sin prisas, puedo pillarlo casi todo.
Todas las neblinas se
acaban disipando cuando pienso en el capítulo de viajes. No han sido
tantos, pero todos han valido la pena. Para empezar, el clásicoviaje durante las vacaciones de invierno, esta vez visitando Camboya
y Laos, lleno de momentos épicos... el giro en bicicleta por los
templos de Angkor Wat, el paseo en elefante en Luang Prabang, la
bajada de río montado en una rueda de neumático en Vang Vieng... y
por supuesto, esos días en Bangkok, ciudad que volveré a visitar
muy pronto, como antesala de lo que espero sea otro gran viaje, esta
vez por Myanmar (antigua Birmania). En China, pude ver de cerca los
legendarios guerreros de terracota en Xian, conocí la vecina ciudad
de Ningbo y descubrí un rincón sin igual en los tulou de la
provincia de Fujian. Si solo me quedará con esto, diría que ha sido
un año fantástico, pero por desgracia no se puede estar siempre con
la mochila al hombro.
No quiero que penséis que
estoy mal ahora, es solo un bachecillo y seguro que las cercanas
vacaciones me ayudarán a coger fuerzas. El balance general quizás
si que sea algo negativo, pero las ganas de seguir adelante,
descubrir y contar cosas nuevas siguen intactas, así como las de
aprender y encontrar gente nueva, como las que he conocido en estos
últimos 365 días, que no ha sido poca (aunque también han habido
muchos que quizás no vuelva a ver en mucho tiempo).
Gracias a todos los que
habéis seguido leyéndome también en 2012, y a todos los que han
hecho posible que no sea tan tan malo con vuestro apoyo. Feliz año y que tengáis
una estupenda entrada en 2013. Yo la mía la haré esta vez desde Shanghai, a ver si llego a tiempo de encontrar uvas que me cierran el mercado.
“Un buen comienzo
es la mitad de la batalla.”
Algo de léxico
balance:
平衡 (pínghéng)
esperanzas:
希望
(xīwàng)
Paco!!! El sol siempre sale!!! Recuérdalo!!! Feliz año!!!
ResponderEliminarFeliz año Paco! Excelente blog!
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