lunes, 26 de noviembre de 2012

Ojos que no ven (tortazo que te pegas)

Creo que ya he hablado en alguna otra ocasión de la enorme presión que los solteros chinos, especialmente al pasar la treintena, sufren por parte de sus familiares y amigos, en relación al tema del matrimonio. El estrés es aún mayor en el caso de las mujeres, algunas de las cuales ya empiezan a mostrar signos de desesperación incluso con 25 años. Es por ello que en China encontrar pareja sea algo primordial en los tiempos que corren, nadie quiere quedar al margen de esta exigente sociedad. Hoy día, gracias a Internet y la proliferación de las redes sociales, la tarea de buscar la otra mitad se facilita bastante, y son cada vez más los usuarios que recurren a agencias especializadas en la red para sus propósitos. Pero todavía hay padres muy suspicaces que desconfian de estos nuevos métodos, y prefieren que sus hijos hallen su futuro cónyuge según el método tradicional: el xiangqin (相亲, xiāng qīn) o cita a ciegas concertada.

















El método del xiangqin, cuyo significado literal es algo así como “evaluar el matrimonio”, se lleva practicando en China desde tiempos remotos. Basicamente consiste en que los padres de fulanito se reunen con los de fulanita, y charlan e intercambian información sobre sus retoños: formación académica, apariencia física, personalidad, pasatiempos, signo del zodíaco, etc. Como si fuera una entrevista de trabajo, pero con el matrimonio como meta. Si finalmente ambas familias llegan a un acuerdo y ven que la relación puede tener futuro, hablan con los hijos para organizar una cita. Esta es la parte más complicada, ya que las expectativas de los jóvenes muchas veces no coinciden con las de sus padres, y se intentan escaquear. A veces, si que acuden al encuentro “amoroso”, pero sin ningún interés en la otra persona, solo lo hacen para complacer a su familia y evitar que les agobien. Esto contrasta con épocas pasadas, en las que los potenciales marido y mujer acataban a rajatabla los deseos de sus progenitores, y se casaban sin rechistar, independientemente de que existiera o no algo a lo que se le pudiera llamar amor.




















Normalmente, las familias suelen acudir a amistades cercanas con las que tienen guanxi, y que tengan también hijos célibes. Así todo queda en la misma red de contactos. En algunas ciudades existen lugares, como determinados parques, en los que los padres o abuelos de solteros organizan una especie de “feria del amor” en la que no tienen ningún reparo a la hora de publicitar a sus vastagos. Así, cada progenitor expone las mejores fotos de sus descendientes, su experiencia laboral, y todos los demás datos personales que pueden atraer a otro padre en la misma situación. Todo sea por ahorrarles la tarea a sus hijos, demasiado ocupados hasta para ir de ligoteo.




















Por suerte no todo es tan esperpéntico y enfermizo en China a la hora de hablar de relaciones de pareja. Cada vez son más los jovenes que prefieren buscar el verdadero amor por su cuenta, y pasan de citas concertadas. Entre mis estudiantes, la mayoría rechaza abiertamente este tipo de métodos, aunque al mismo tiempo reconocen las dificultades que tienen para encontrar novio o novia por su cuenta. En ocasiones, es la falta de tiempo, en otras la ausencia de lugares comunes de encuentro, o simplemente pura cuestión demográfica (en China hay una proporción de 130 hombres por cada 100 mujeres). Lo que es cierto que hay que currárselo mucho (o ser muy afortunado) para encontrar una pareja aquí, y que ésta nos quiera de verdad.


El amor empieza con los ojos y termina con la costumbre.”

Algo de léxico

romántico: 浪漫 (làngmàn)
amor verdadero: 真爱 (zhēnài)
concertar: 安排 (ānpái)
cita: 约会 (yuēhuì)
fracaso amoroso: 失恋 (shīliàn)

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Los cinco magníficos

Llevo ya más de dos años escribiendo este blog y hasta ahora no se me había ocurrido hablar de una de las cosas que más aprecio de China, que no es otra cosa que su sensacional comida. La gastronomía china es muy variada y cada región tiene sabores y especialidades completamente diversas. Desde el picante de la cocina de Sichuan (provincia en el oeste de China), hasta el sabor agridulce más típico en las provincias del sur, la oferta culinaria es enorme y uno no termina nunca de descubrirla. Yo intento al menos una vez a la semana probar algo diferente, pero al final siempre tiendo a consumir los mismos platos, de los cuales quiero destacar aquí mis cinco preferidos.

Para empezar, un plato que suelo pedir cuando como con chinos, ya que a los extranjeros que conozco no les suele hacer mucha gracia. Se trata del pidan doufu (皮蛋豆腐, pídàn dòufu), que se sirve frío, y utiliza el tofu como ingrediente estrella. A mi de nunca me ha atraido este derivado de la soja, pero poco a poco he ido tolerando su sabor y textura. En este caso se acompaña de trozos del llamado “huevo milenario”, un huevo de pato que se entierra en una mezcla de barro y cenizas durante unos días, y cuya clara adquiere un característico color negro y un sabor particular. Hay gente a la que le da asco, pero a mi me encanta. Se suele acompañar con pedacitos de cebolleta verde.



A continuación, el jingjiang rousi (京酱肉丝, jīng jiàng ròu sī) , un plato típico de Beijing y de toda la región del Dongbei, el noreste de China. Consiste en tiras de carne de cerdo salteadas en una salsa dulce derivada de la soja, llamada tianmianjiang (甜面, tiánmiànjiàng). Se sirve en una base de puerros frescos cortados en tiras finas, junto a una especie de tortitas hechas de soja. Dichas tortitas que sirven para envolver la carne y los puerros, y comerlo todo como si fuera un “burrito”. Una delicia.



El siguiente plato es una de las delicatessen del restaurante sichuanés (de la región de Sichuan) al que solemos ir con frecuencia y donde el picante es el sabor habitual. Se trata del ganbian tudou (干煸土豆, gān biān tǔdòu), que no es otra cosa que un plato de patatas fritas mezcladas con chile picante, ajo, jengibre, cebolleta, y una especie de granos de pimienta llamada huajiao (花椒, huājiāo), que le da un sabor especial a los platos originarios de esta región. Un plato simple, pero exquisito.



Una verdura que suelo consumir casi a diario es la berenjena (茄子, qiézi). Hay varios platos que la incluyen como ingrediente principal, pero mi favorito con diferencia es el roumo qiezi (肉末茄子, ròu mò qiézi), que es un sofrito de berenjenas, cebollas, cebolletas y carne de cero picada, mezclado con una salsa agridulce. Esto está que se sale.



 Y,  finalmente, la lista la encabeza otro plato típico de Sichuan y que tiene cautivados a la gran mayoría de la colonia de laowais del campus. Me estoy refiriendo al mítico gongbao jiding (宫保鸡丁, gōng bǎo jī dīng), cuyo nombre del plato recuerda a Ding Baozhen, gobernador de Sichuan en la época de la dinastia Qin, y que ostentaba el título de gongbao (guardian de palacio). Consiste en pollo troceado, cocinado con los clásicos ingredientes de la cocina sichuanesa, como son la pimienta y los chiles picantes, y además también incluye cacahuetes. Una de las joyas de la cocina china, fantástico.



Lo curioso es que no recuerdo haber encontrado ninguna de estas comidas es ningún restaurante chino en España. Hay que venir aquí para disfrutar de verdad de este tipo de cocina, a ver si os animáis. Para los que se atrevan a intentar preparar estos platos en casa, aquí os dejo, por ejemplo, este blog repleto de recetas muy bien explicadas, ya me contaréis que tal: http://www.cocina-china.blogspot.com/


Hay muchos dispuestos a meter su cuchara en la sopa, pero pocos que quieran ayudar a cocinarla.”


Algo de léxico

plato típico: 典型 (diǎnxíng de cài)
sabor: 滋味 (zīwèi)
sabroso: 好吃 (hǎochī)
carne: (ròu)
verdura: 蔬菜 (shūcài)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Con el “kuangchie kuangchie” del tren

Esta semana, en una clase de chino, la profesora nos enseñó un texto en el que aparecía un perro que, en lugar de “guau guau”, hacía “wang wang” cuando ladraba. Esta es la onomatopeya en chino para imitar el ladrido de este animal, un detalle curioso que me animó a seguir investigando este tipo de palabras asociadas a sonidos concretos. La lista es inmensa, así que para no amodorrar mucho al personal, he recopilado los que más me han llamado la atención, por lo extraño o lo divertido que suena.
















En el apartado de sonidos animales me resultan curiosos los de insectos, como el grillo, que hace “chuchu” (蛐蛐, qūqū), o la abeja, la cual emite un “wengweng” (嗡嗡, wēngwēng) por zumbidoMás peculiar si cabe es el canto del pajaro (叽叽喳喳, jījizhāzhā, pronunciado más o menos como un “chichidyadya”), o el balido de la oveja (咩咩, miēmiē). Los chinos tienen incluso onomatopeyas para la rata (吱吱, zhīzhī, pronunciado como “dyidyi”), de la cual carecemos en nuestro idioma.
















Si queremos imitar el sonido del claxón de un coche, en chino diríamos “pa pa” (叭叭, ba ba), no vaya a ser que escuchemos un “hong” (, hōng), onomatopeya que indica golpe o colisión. Un “tang tang tang” (当当当, dāngdāngdāng) avisa que estamos llamando a la puerta, mientras que si hacemos una llamada teléfonica usaríamos un “ling ling” (铃铃, líng líng).




















En cuanto a sonidos producidos por el cuerpo humano, tambien hay una buena colección. Por ejemplo, el “mua” que en español utilizamos para los besos, los chinos lo expresarían con un “po” (, bo), al compás de un “pheng pheng” (怦怦, pēng pēng), al que recurrimos para señalar los latidos del corazón. Si se trata de un estornudo, en lugar de “achis” emplearíamos un “athi” (阿嚏, ā tì), y para el llanto sollozaremos con un “wuwu” (呜呜, wūwū), el mismo sonido que hace una vuvucela, mira por donde.





















Si queréis adentraros algo más en el maravilloso mundo de las onomatopeyas chinos, he encontrado un estupendo artículo en español que podéis encontrar pinchando aquí. Aparte, para los que quieran ir más allá, está este artículo de la Wikipedia (en inglés) sobre las diferentes onomatopeyas ordenadas por categorías en diversas lenguas, muy curioso.

La palma de una sola mano no hace ruido.

Algo de léxico:
onomatopeya: 拟声词 [nǐshēngcí]
sonido: 声音 [shēngyīn]
ruido: 噪音 [zàoyīn]
expresar: 表示 [biǎoshì]

martes, 6 de noviembre de 2012

El cuerno mágico

La semana pasada me ocurrió una de esas cosas que me hace pensar que la gente de este país tiene algo especial, y al mismo tiempo amortiguan todas esas pequeñas molestias del día a día de las que ya hablé hace poco. Resulta que ultimamente ando sufriendo pinchazos y molestias en el brazo derecho, sobre todo al levantarme, tras mantenerlo durante largo tiempo en la misma posición. Le comenté el problema a un colega chino del departamento de español y, de buenas a primeras, se remangó, me sentó en una silla y me hizo una pedazo de masaje terapéutico que me dejó nuevo. Por lo visto este señor, aparte de dar clases de español, posee un amplio conocimiento de la medicina tradicional china y sus métodos curativos, masajes, acupuntura, etc. Durante el tiempo que duró el masaje me estuvo recomendando algunos remedios para el dolor muscular, entre otros la aplicación de jengibre molido sobre la zona afectada, algo que desconocía por completo, y que me ha animado a investigar un poco más sobre esta planta y sus propiedades medicinales.


















El jengibre se empezó a utilizar en Asia hace unos 2500 años, no solo como condimento culinario, sino también como medicamento y acompañamiento simbólico en rituales religiosos. Concretamente en China, Confucio ya alababa las bondades de esta planta y así lo refleja en sus escritos. Se dice que el filosofo tenía la costumbre de comerla todos los días, incluso en periodos de ayuno y abstinencia, para mantenerse sano. En relación con su tratado sobre los conceptos del yin y el yang (como principios opuestos que se hallan en todas las cosas del universo y contribuyen a su equilibrio mismo), el jengibre ocupa un lugar destacado como comida yang (relacionada con el calor) que equilibra la comida yin (asociada al frío).
















Los usos médicos del jengibre van desde el tratamiento de problemas digestivos, como ulceras, indigestiones, nauseas, etc, hasta la cura de resfriados, aliviando la fiebre y la tos. También se suele usar con pacientes de artritis, reduciendo las hinchazones asociadas a esta enfermedad. Además se dice que previene las enfermedades del corazón e incluso el cáncer de piel. El jengibre se puede usar ingerido en infusión (a la que también se le puede añadir ajo o canela) o, en casos de inflamaciones y dolores musculares, aplicado con compresas sobre la zona afectada una vez mezclado con agua hirviendo (mi colega me aconsejó combinarlo con “baijiu” (白酒), un licor parecido al aguardiente).























Esta chavala aún no conoce el jengibre

De momento llevo un par de días machacando jengibre y poniéndolo en la zona de los hombros, y poco a poco voy notando cierto efecto relajante. Pero, por supuesto, esto no basta, así que también lo voy combinando con estiramientos entre clase y clase, más atención a la postura de los brazos cuando uso el ordenador, y un poco de taichi de vez en cuando. En unos días espero sentirme otra vez como nuevo.


Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.”
Confucio

Algo de léxico

jengibre: (jiāng)
propiedades curativas: 愈合性能 (yùhé xìngnéng)
medicina tradicional (china): 中医 (zhōngyī)
dolor: 疼痛 (téngtòng)
masaje: 按摩 (ànmó)