Asamblea en el Bulevar de Gran Capitán, en Córdoba. Como me gustaría poder estar ahora allí.
Centrándome ahora en China, quería puntualizar que, aunque las protestas sociales masivas no se den mucho por estas tierras (después de lo que pasó en Tian'An Men, cualquiera se atreve), si que también hay mucha gente indignada que de vez en cuando explota. Fue esto precisamente lo que hizo hace la semana pasada un campesino de la provincia de Jiangxi que atentó contra tres edificios gubernamentales de la ciudad de Fuzhou, causando la muerte de cuatro personas, incluido él mismo. Por lo visto, el motivo de este ataque fue la venganza contra funcionarios corruptos que habían ordenado la demolición de su vivienda. El tema de la corrupción política y las expropiaciones fraudulentas está a la orden del día, y es el motivo de crispación más generalizado entre la sociedad china.
Otra mecha que de vez en cuando se enciende es la de las minorías étnicas. Aparte de las consabidas revueltas protagonizadas en los últimos años por tibetanos y uigures, en estos momentos miles de personas de la etnia mongol se están echando a la calle en la región de Mongolia Interior para protestar en contra del gobierno. La chispa saltó hace unos días, cuando un pastor mongol fue atropellado por un camión que transportaba carbón y que se dio a la fuga. Los activistas mongoles acusan al gobierno de explotar sin escrúpulos tierras tradicionalmente dedicadas al pastoreo, beneficiando la industria minera. A día de hoy, el clima sigue tenso en la región y la censura ya ha empezado a bloquear información referente al caso.
Tanto en China como en España, o en cualquier rincón del mundo, espero que algún día se haga justicia y la honestidad se imponga a la corrupción y la prepotencia. Puede sonar un tanto utópico, pero después de haber visto las imágenes que me han ido llegando los últimos días, he vuelto a recobrar en cierto punto mi esperanza en la especie humana. Desde aquí mis ánimos a toda esa gente que sigue invirtiendo energías en esta difícil tarea de voltear el mundo y convertirlo en un lugar más justo. ¡No nos callarán!
"Incurrir en el pecado del silencio cuando se debiera protestar, hace cómplices y cobardes a los hombres."
(Zhou Enlai, politico y filósofo chino)