martes, 29 de noviembre de 2011

Sombras, gorgoritos y otras cosas del proteger

Hace tres días se publicó en la prensa la noticia de que la tradición del teatro de sombras chinas había sido incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Dicha lista recoge todas aquellos aspectos culturales y conocimientos de una comunidad que se van transmitiendo a lo largo de generaciones, y que incluyen elementos como la danza, la música, el teatro, la artesanía, la gastronomía o rituales varios. Con el teatro de sombras son ya treinta los bienes inmateriales que China aporta al Patrimonio de la Humanidad, más que cualquier otro país del mundo.


Siluetas utilizadas para las sombras chinas

Una gran parte de la lista la conforman un buen número de artes plásticas y artesanías. Entre las más populares y extendidas destacan la caligrafía, además de la imprenta tradicional, el grabado de sello, el arte del recorte de papel, y la artesanía de la seda. No tan conocidas son las artes vinculadas a algún grupo étnico específico, como las técnicas textiles de los Li, en la isla de Hainan, o las artes llamadas regong, practicadas por mojes tibetanos en la provincia de Qinghai, y que engloban tanto pinturas como esculturas así como trabajos de bordado. Completan esta categoría, artes cuya practica se limita a determinados distritos, como el brocado yunyin de Nanjing, la cerámica de Longquan (provincia de Zhejiang) y la fabricación del papel xuan, hecho con paja de arroz, en la provincia de Anhui.

También podrían incluirse en esta categoría, dos técnicas arquitectónicas. Una, típica de Zhejiang, mi provincia, es la construcción de puentes con arcadas de madera, en peligro de desaparición. La otra es la arquitectura tradicional con armazones de madera, la cual está más extendida por toda China y es una de sus señas características.



El otro gran grupo de bienes inmateriales lo forman aquellos relacionados con las artes musicales y escénicas. En el apartado de cantos, por ejemplo, tenemos dos procedentes de la etnia mongol, el popular khoomei (ese tan peculiar que hacen con la garganta) y el urtin duu o "canto largo". Por otro lado, están las canciones de la etnia dong, originarios del sur de China, y la música nanyin, típica del pueblo de Minnan, en Fujian, un poco más al sur de Zhejiang, con sus instrumentos tradicionales típicos. Aunque si hablamos de instrumentos populares, no podemos olvidar la citara china, o guqin. Se supone que solo mil personas en el mundo pueden actualmente este instrumento (por cierto, una de ellas es una de mis alumnas).

Otro bien musical que cuenta con sus propios instrumentos y además con estilos de danzas variados, es el muqam, ligado a la etnia de los uyghur de Xinjiang, la región más occidental de China. Un poco más al centro, en Xi'An, hay una importante tradición de instrumentos de viento y percusión.

La etnia coreana también aporta su granito de arena a la lista con sus danzas campesinas, practicadas sobre todo en la provincia de Jilin en el nordeste. Algo más extendidas están las canciones hua´er, compartidas por nueve grupos étnicos diferentes.

Por supuesto, no puede faltar la mención especial a la opera china, que contribuye a la lista con tres de sus estilos: tibetana, kunqu y yueju (en cantonés).



A caballo entre el arte y el ritual tenemos la tradición oral del Manas, un poema épico transmitido de generación en generación en la etnia de los kirguis, también en Xinjiang. Otra epopeya que se sigue representando, en este caso por los mongoles y tibetanos, es la del rey Gesar, héroe mitológico.

En cuanto a las fiestas y celebraciones populares, solo tres tienen el privilegio de ser catalogada como bien inmaterial de la Humanidad. Estas son el festival del Barco del Dragón, la fiesta de Año Nuevo celebrada por la etnia qiang (en la provincia de Sichuan), y los rituales en honor a la diosa del mar Mazú, compartida por gran parte de las comunidades marineras chinas.


Mazú en procesión

Siguiendo con la noticia sobre las sombras, casi al final se hace mención a los candidatos para entrar en la lista de marras, dos de ellos españoles: la fiesta de la Mare de Deu de la Salut, en Algemesí (Valencia) y el festival de los patios, típicos de mi ciudad, Córdoba. Por desgracia, la candidatura cordobesa ha sido retirada ya que, por lo que he leído, las posibilidades de ser reconocida no eran muchas, y de ser descartada habría tenido que esperar 4 años más para volver a presentarse. Así que el año que viene lo volverán a intentar, a ver si hay más suerte y por fin nos sale algo derecho (y si encima sube el Córdoba a primera mejor que mejor).


"Una generación planta los árboles y otra obtiene la sombra."

viernes, 25 de noviembre de 2011

A todas ellas

Hoy 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, y por ello quería dedicar esta entrada a exponer la situación de la mujer en China en relación con esta lamentable lacra que es el maltrato. Se calcula que una de cada tres mujeres sufre algún tipo de abuso en sus hogares, ya sea físico o psicológico. El porcentaje es aún mayor si hablamos de zonas rurales, donde la esposa está totalmente subordinada al marido, algo tan arraigado como sus tradiciones. En total, alrededor de 90 millones de mujeres padecen o han padecido alguna vez episodios de violencia doméstica en este país.



Desde la época de los emperadores, la mujer en China ha tenido siempre un rol de completa sumisión al esposo, educada exclusivamente para satisfacer los deseos de éste y cuidar a sus descendientes. Con la llegada al poder de los comunistas. En 1949, parecía que las cosas iban a cambiar y se garantizaría la completa igualdad entre géneros. En esa época, se abolieron algunas costumbres aberrantes como el concubinato o la compra y venta de mujeres, aunque en la esfera de la vida privada, el papel de la mujer seguía supeditado a los designios de su cónyuge, y el maltrato seguía considerándose algo normal y que nadie se atrevía a denunciar. La primera vez en la que se introdujo el castigo para los maltratadores domésticos llegó en 1980, como parte de la nueva Ley del Matrimonio. Doce años más tarde, se promulgaría la Ley de la Mujer, dirigida a defender los derechos e intereses de las mujeres china, que fue reforzada en 1995 con el Programa para el Adelanto de la mujer china, enfocado en garantizar y fomentar su participación en todos los ámbitos de la sociedad.



El cambio social sigue adelante y el estatus de la mujer sigue mejorando paso a paso. Ya son más las mujeres que viven y trabajan de manera independiente, a pesar de las presiones familiares, siendo en muchas ocasiones las dueñas de su propia empresa. Así mismo, la participación femenina en la vía política va en aumento, llegando a un 20% la representación de las mujeres en la última Asamblea Nacional, el máximo órgano de gobierno chino elegido cada cinco años, en 2008. Por otra parte, la esperanza de vida también ha crecido con respecto al hombre, viviendo un promedio de 3 años más.


Wu Yi, vicepresidenta del Consejo de Estado

Esperemos que el desequilibrio entre hombres y mujeres llegue a desaparecer por completo, lo que pondría fin a tantas y tantas vejaciones y discriminaciones. Aún hace falta un empujoncito más, aunque yo ya voy notando cierto cambio en las nuevas generaciones. Cuando hablo con mis alumnos, veo que los chicos no son para nada machistas y las chicas tienen un carácter bastante dominante en ocasiones y sus metas están muy lejos de ser la esclava de su futuro marido. A ver si con el tiempo se pone de manifiesto estos coletazos de esperanza, ya sea en China o en cualquier lugar del planeta, y el maltrato doméstico sea solo parte del pasado.



“La violencia es el refugio de las mentes pequeñas”
 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Mi patata por tu tofu

A propósito de las últimas elecciones en España, salió a colación la pregunta, medio en broma, medio en serio, medio a mala leche, de si los chinos tienen la palabra “votar” o “elecciones” en su lengua, y si alguna vez tuvieron la noción de lo que significa. Por supuesto, no solo se puede encontrar este vocablo en los diccionarios chinos sino que no hace mucho también los pusieron en práctica aunque de forma muy restringida. Pero mi intención hoy no es hablar de política sino de aquellos conceptos que una lengua toma prestada de otra porque no existe en su vocabulario, los llamados prestamos lingüísticos, en este caso en el chino. A diferencia de otras lenguas, el chino es bastante reacio a aceptar palabras procedentes de otros idiomas en su léxico, y muy rara vez se mantiene la forma original. Unas veces, la palabra se traduce directamente usando caracteres que representen el significado original. Así por ejemplo, está “televisión” que se dice 电视, (“diànshì ”), literalmente “visión eléctrica”, o “Internet” 互联网 (“hùlián wǎng”), que consiste en la combinación de “hùlián” (interconectado) y “wǎng” (red). En otras ocasiones se buscan caracteres que suenen parecido aunque combinados no signifiquen nada, como es el caso de la palabra “champú” (香波, “xiāngbō”) o (巧克力. “qiǎokèlì”, pronunciado más o menos como “chaokoli”). Pero mis favoritos son los casos en que tanto el componente semántico como el fonético se unen. Como muestra, algunas marcas comerciales como Coca-Cola, traducido al chino como 可口可乐(“kěkǒu kělè”) , lo cual quiere decir algo así como “sabroso y entretenido”.



En lo que respecta a los poquitos prestamos tomados del español,o “españolismos”, hasta donde yo sé, los chinos se han decantado por una traducción directa usando caracteres que reflejen el significado del nuevo vocablo, aunque en algunos casos puede resultar algo irrisorio, tal y como ocurre con los churros (traducidos como “lading guo”, o “fruta latina). Otras palabras y expresiones que el castellano ha exportado a otras lenguas, y que también podemos encontrar en el léxico chino, son “siesta” (午觉, “wǔjiào”, o “dormir al mediodía”), “corrida de toros” (斗牛, “dòuniú”, o “lucha de toros”) o “salsa” (莎莎舞, “shāshāwǔ”, donde “wǔ” significa “baile” y “shāshā” no es más que un componente fonético).


Me pregunto cómo le dirán al juego de los chinos

Por otra parte, hay varios términos que usamos en el español derivados directa o indirectamente del chino. De sobra son conocidos los casos de palabras relacionadas con las artes marciales, como “kung'fu” o “taichi”, y otros elementos culturales típicos, ya sean juegos como el “mahjong” o instrumentos de cocina como el “wok”. Pero en esta investigación, me han llamado la atención un par de préstamos cuyo origen quizás mucha gente desconozca. Uno de ellos es el “ketchup”, el cual los marineros ingleses del siglo XVIII tomaron del vocablo chino “ketsiap”, una especie de salsa picante que encontraron cuando comerciaban en las costas malayas. El otro ejemplo, aún más curioso, es la expresión que usamos a veces cuando brindamos, el famoso “chinchín”, que también debemos a los marinos ingleses y sus contactos con el pueblo chino allá por el siglo XIX. Por lo visto, procede de la voz china “qing qing”, que se puede traducir como “por favor, por favor”.



Qué curioso el mundo de la semántica, ¿verdad?. A veces se me van las horas trasteando por ahí sobre el origen de esta u otra palabra (es lo que tiene tener la novia en Ucrania...). También es interesante lo que dice la lengua y el modo en el que se organizan sus elementos, de la cultura del país donde se habla. Ya empecé a darme cuenta en la India con el hindi, aunque allí no pude llegar tan a fondo en el aprendizaje como lo estoy haciendo con el chino. Cuanto más leo y descubro, más me apasiona. Quien lo iba a decir hace un año, cuando andaba completamente perdido con los tonos... lo que son las cosas.


“Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad”

(Confucio)

jueves, 17 de noviembre de 2011

Abrazando la luna, espantando la garza

Hace ya más de un mes que empecé a practicar una de las actividades que me propuse aprender en en este segundo año en China. Se trata del taichi, el cual estoy descubriendo cada semana gracias a un estudiante, al que le enseñó a tocar la guitarra a cambio de sus conocimientos en este arte marcial, practicado por gran parte de la población china. Una vez a la semana tenemos este intercambio cultural (similar al que ya realicé en la India con otro alumno, pero con el yoga) y aparte, cada mañana al levantarme, le dedico unos 10 minutos mínimo antes de ir a currar, que me sientan de maravilla.



El origen de la practica del taichi se encuentra en los monasterios taoistas, aunque no se sabe con exactitud ni cuando ni como comenzó. Hay diversas leyendas relacionadas con ese inicio. La más conocida es la de un monje que vio como una serpiente lograba vencer a una garza gracias a su agilidad. El monje decidió pues crear un arte marcial basado en los movimientos de la serpiente, suaves pero letales, lentos pero precisos. En su esencia se trata de un sistema de autodefensa, destinado a desequilibrar y paralizar a un hipotético atacante, aunque la mayoría de personas lo practican más que nada como técnica de relajación.



Hay infinidad de formas y estilos dentro del taichi. La forma básica se compone de 24 movimientos (yo voy ya por el séptimo) que se van sucediendo uno detrás de otro, lentamente pero sin interrupciones. Las posturas exigen cierto grado de flexibilidad (es importante estirar bien antes de comenzar) y coordinación, tanto de brazos como de piernas, como una especia de danza. El cuerpo debe estar relajado en todo momento para evitar posibles lesiones. Si empezamos a sentir daño es mejor parar el ejercicio y no forzar. También es importante prestar atención a nuestra respiración, realizada de forma natural, siempre en armonía con nuestros movimientos (en este sentido, me recuerda un poco al yoga). Aquí una pequeña muestra en video:



Siendo una disciplina que se basa en principios de la medicina tradicional china, no es de extrañar que la practica del taichi reporte importantes beneficios, tanto a nivel físico como mental. Por ejemplo, se han demostrado efectos saludables tanto en la circulación de la sangre como en el proceso digestivo, así como en la respiración. En el plano psicológico, reduce los niveles de estrés y aumenta los niveles atencionales. Por otra parte, el taichi se utiliza además como terapia para personas aquejadas de dificultades motoras, o insuficiencia cardíaca entre otros trastornos. Para disfrutar plenamente de los beneficios del taichi es recomendable practicarlo de forma regular al menos una vez al día, a ser posible a primeras horas de la mañana, durante unos 10 o 15 minutos.



De momento me está enganchando esto del taichi y ya se ha convertido en una de las cosas, junto al aprendizaje del mandarín, que más disfruto y por las que merece la pena quedarse un tiempo más. Ea, para que luego digáis que últimamente solo escribo cosas de China que dan bajón. Hablando de quedarme o no, mañana mismo voy a firmar el contrato que me ligará a mi universidad al menos hasta el próximo mes de junio, así que aún hay blog para rato. Espero que lo sigáis disfrutando hasta el final.



“Quien practica el Tai Chi con regularidad. adquirirá la agilidad de un niño,. la fuerza de un leñador y. la sabiduría de un anciano.”

domingo, 13 de noviembre de 2011

Pequeños emperadores

Durante la cena que un amigo catalán organizó anoche en su casa, se anunció una feliz noticia que nos pilló a todos por sorpresa. Resulta que él y su novia china van a ser padres. Aparte de las felicitaciones varías, durante la velada salieron a colación diversos interrogantes, entre ellos el relacionado con la cantidad de hijos que pueden tener. En teoría, podrían concebir todos los que quisieran, pero tan solo uno poseería la nacionalidad china, debido a la política del hijo único, que desde 1979 controla la natalidad en China, acarreando espantosas consecuencias en su pirámide demográfica, amen de las consideraciones éticas y humanitarias.



La rigurosa medida de permitir a las parejas tener solo un hijo (o hija) surgió como solución drástica para reducir el crecimiento de la población. Las parejas que incumplan la ley deben pagar al Estado una multa, en muchas ocasiones abusiva y que, en algunos casos, puede obligar a los padres a tener que abortar o abandonar a sus retoños. En principio, la medida se aplica de manera tajante solo en zonas urbanas, mientras que en las rurales se permite la concepción de un segundo vástago, si el primero nace niña o con malformaciones. En el caso de los miembros de minorías étnicas, estos pueden tener tantos hijos como quieran. También, si ambos progenitores son hijos únicos, se les permite tener hasta dos descendientes sin ningún tipo de penalización.



Es cierto que, de no haberse aplicado este severo control, China tendría en este momento alrededor de 2000 millones de habitantes (a diferencia de los 1300 que tiene actualmente), que el Gobierno sería incapaz de mantener. Sin embargo, esta política ha atrofiado terriblemente el balance demográfico. La pirámide de población está tomando una forma invertida, es decir, en un futuro habrá muchas más personas mayores de 60 años que jóvenes, los cuales no serán capaces de satisfacer las necesidades de los primeros, y las infraestructuras dirigidas a este sector de población se verán desbordadas. Por otra parte, también se está empezando a notar un desequilibrio a nivel de géneros. En estos momentos, la proporción es de 118 hombres por cada 100 mujeres, y la diferencia sigue en aumento. Se calcula que en 10 años, al menos 10 millones de varones no podrán encontrar esposa por la escasez de mujeres, lo que puede derivar en una enorme inestabilidad social.


Siempre les quedaría meterse a monje shaolin

Aparte de las consecuencias demográficas, la política de un solo hijo ha fomentado el fenómeno social conocido como generación de “pequeños emperadores”. Se llama así a los hijos únicos, los cuales reciben toda la atención y mimos, no solo por parte de sus padres, sino también de sus abuelos paternos y maternos. Esto propicia que las nuevas generaciones se comporten de modo individualista y egocéntrica, con dificultades para compartir y socializar con otros. Al estar acostumbrados a que los padres les consientan todo y conseguir todo lo que quieran sin esfuerzo, el rendimiento escolar se ve afectado al igual que su comportamiento en clase. Con un panorama tan descorazonador, los sociólogos ya se echan las manos a la cabeza, cuestionando como será el futuro de la sociedad china con elementos de este talante comandando el país. Esto también se relaciona con la imperante crisis de valores, comentada no hace mucho por aquí.



Otra de las preguntas típicas que se suelen hacer a los futuros padres, es la de si el bebé va a ser niño o niña. Esto lo sabrán una vez que viajen a España dentro de poco, ya que en China están prohibidas las ecografías para conocer el sexo del hijo. La razón no es otra que evitar los abortos selectivos. Al igual que ocurre en otros países como la India, las parejas chinas suelen preferir que su único hijo sea varón. Esto es así porque se asocia con la prosperidad y el futuro mantenimiento de los padres cuando sean ancianos. Se piensa que si el hijo consigue dinero, éste irá destinado a sus padres, pero si es la hija la que gana los cuartos, estos serán gestionados posiblemente por la familia de su futuro marido.

Entre brindis y brindis también se planteó la cuestión de que ocurre si nacen gemelos o trillizos. En este caso, hasta donde tengo entendido, contaría como un solo nacimiento y los padres no tienen que pagar multa ninguna, disfrutando los hijos de los mismos derechos y privilegios.



La cena no nos pudo dejar mejor sabor de boca. Sea niño o niña, espero que los padres pasen el embarazo de la mejor manera posible y el futuro retoño nazca sano y sin complicaciones en el parto (y si puede ser, que asome la cabecilla el 11 de mayo, y así gano la porra de paso...).



“Solo hay un niño bonito en el mundo y cada madre lo tiene.”




Dedicado a los futuros padres, en China, España, Zanzibar y donde sea.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Descubriendo el korfbal

El pasado sábado se clausuró aquí en Shaoxing el noveno campeonato mundial de korfbal (o balonkorf), un curioso deporte, mezcla de baloncesto y balonmano, que tiene la particularidad de ser el único deporte de equipo mixto, con escuadras compuestas tanto de hombres como mujeres. Durante una semana, 24 selecciones de los cinco continentes han competido sobre el parqué por un trofeo que, al final se han llevado merecidamente los holandeses, precursores de este deporte creado a principios del siglo XX, y ganadores de 8 de los 9 mundiales disputados hasta el momento. Ha sido además el primer mundial de cualquier tipo de disciplina deportiva al que he tenido la suerte de asistir como espectador en lo que llevo de vida.


Los campeones celebrando el triunfo

El korfbal se puede jugar tanto al aire libre como en pista cubierta. Se juega en dos tiempos, cada uno de 30 minutos, y cada equipo puede pedir hasta dos tiempos muertos. El objetivo del juego es intentar encestar un balón (que me recuerda a una pelota de fútbol con síntomas de estar pinchada) en una especie de canasta suspendida de un palo a 3 metros y medio del suelo. El campo se divide en dos zonas, de ataque y de defensa. En cada zona solo puede haber al mismo tiempo cuatro jugadores de cada equipo (dos hombres y dos mujeres). Mientras la mitad del equipo ataca, la otra espera en la zona de defensa. Cada canasta se cuenta como un punto, y cada dos, la parte del equipo que ataca, pasa a defender, y viceversa. El equipo que defiende debe bloquear el tiro del que ataca, con la condición de que el defensor que interfiere al atacante debe ser del mismo género que este último. No se puede tocar el balón con el pie, ni caminar en posesión del balón o botándolo (como ocurre con el baloncesto), lo que favorece el juego de equipo. Tampoco se permite el contacto físico, algo que limita la agresividad que se ve a veces en otros deportes.


Momento de la final entre Holanda y Bélgica

Entre los equipos participantes en esta edición, cabe destacar la presencia de la selección catalana, la cual consiguió un honroso cuarto puesto, la mejor posición de su historia. Es de hecho en Cataluña donde este deporte ha tenido más aceptación en nuestro país (¡uy, lo que he dicho!), y el número de clubes y federados aumenta cada vez más, lo que le ha valido ser reconocida internacionalmente de manera oficial. También fue curioso ver en acción al combinado de Taiwán (o China Taipei) jugar en suelo continental. La afición china animaba por igual tanto a China como al país isleño, un territorio que los locales consideran como propio, y por tanto tan chino como Beijing, Suzhou o Hong Kong que, por cierto, también participó con su propia selección.


Instante del Cataluña-China


Tercer y cuarto puesto entre Cataluña y Taiwán

La experiencia después de tres partidos, final incluida, no me ha decepcionado. Me resultó entretenido y las normas no me parecen muy complejas. Además, me alegro que se promuevan este tipo de deportes que fomentan la igualdad de género. Por otra parte, Shaoxing se ha llenado de colorido durante una semana y pico, con una importante presencia de extranjeros por las calles, lo que ha servido para romper por unos días la habitual monotonía de una ciudad no muy acostumbrada a este tipo de eventos internacionales.



“Vence al enemigo sin manchar la espada.”

sábado, 5 de noviembre de 2011

Los amigos de mis amigos son mis amigos

Igual de importante que mantener las apariencias y cuidar la imagen que damos a los demás (el mianzi), En China también es esencial construir y afianzar una red de relaciones personales que nos ayuden en diferentes aspectos de nuestra vida. Es lo que se conoce como guanxi (relación), palabra compuesta por los caracteres 关 (guan), traducido entre otras cosas como “paso de montaña”, y 系 (xi), que significa “conexión”. Se puede definir este concepto como el grado de relación que una persona tiene con otra en términos de confianza mutua y reciprocidad. A más guanxi tengamos con alguien, más conexión, y más favores y ayudas podemos recibir de esa persona. La telaraña del guanxi puede extenderse desde los meros lazos familiares hasta terceras personas que ni siquiera conocemos, y que el día menos pensado nos sacan las castañas del fuego por estar conectado a unos de nuestros contactos.


Hay que tener amigos hasta en el infierno

Seguramente estaréis pensando que el tener una buena red social es importante en cualquier cultura, pero para nosotros los occidentales el éxito en la vida depende en última instancia de nuestras habilidades personales (aunque un buen “enchufe” siempre ayuda). Aquí en China, el que tengas este o aquel amigo, o tu familia esté dentro de una red social determinada es lo primero, y después tu talento. Por ejemplo, cualquier estudiante con un buen guanxi podrá pasar todos los exámenes que le de la gana, por muy mediocre que sea. Si el profesor de turno le ayuda, sabe que en el futuro será incluido en ese engranaje de conexiones y será recompensado de alguna manera. Por el contrario, si fastidias a alguien, ten claro que toda tu red social se verá envuelta y sufrirá las represalias, algo que te echarán en cara con la consiguiente pérdida.

El guanxi también entra en juego incluso a la hora de buscar pareja. No es raro que los matrimonios sean arreglados entre las familias de los novios en función de la red de contactos que tenga la otra parte, y que tipo de favores se puedan recibir en el futuro. Si, es triste pero es así.


¡Qué viva el amor!

Desde que estoy aquí vengo oyendo cosas como “Aquí sin guanxi no eres nada”, “Necesitas guanxi para esto o para lo otro”, etc. Yo paso un poco de todo este tema, no me va eso de las relaciones de conveniencia, pero a pesar de ello no pude evitar hacerme mi tarjeta de visita e irla repartiendo allá por donde iba, por si las moscas. Los chinos lo hacen a diario. Basta que entables conversación con alguien en un tren, un bar o donde sea, y a los dos minutos ya te está dando sus datos de contacto. Nunca sabes quien te puede ayudar el día de mañana, siempre es bueno tener en cuenta a todas las personas que vas encontrando en tu camino en China. Aquí eso del “Hoy por ti, mañana por mi” se aplica al pie de la letra, la gente suele recordar los favores, por muy pequeños que sean, y devolverlos de forma recíproca. Esa es la parte buena del guanxi en esta cultura.



A priori quizás parezca que aquí, si algún local busca tu amistad es porque espera algo de ti (en mi caso, raro es el día que algún estudiante no me ofrezca alguna ayuda a cambio de poder practicar su español). En general, suele funcionar así, aunque también tengo que decir que conozco a algunas excepciones, a gente que ayuda de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio, y que simplemente quiere ser amigo tuyo por tu manera de ser y porque se lo pasa bien estando contigo. Estas son, en mi opinión, las principales relaciones que hay que cultivar y esforzarse por mantenerlas, porque ellas no desaparecerán si algún día pierdes tu guanxi.


“Cuando bebas agua, recuerda la fuente”.

martes, 1 de noviembre de 2011

¿Truco o trato?

Al igual que viene ocurriendo con otras costumbres procedentes de Occidente, los chinos han acogido la fiesta de Halloween con muy buen agrado, asimilándolas entre sus celebraciones autóctonas. De hecho cada año es más frecuente encontrar calabazas adornando grandes almacenes o bares y discotecas organizando fiestas de este tipo, aunque el fin es principalmente comercial, un medio más para atraer clientes y sacar pasta. Lo que si es más raro ver por aquí es gente disfrazada (aparte de “laowais”) y niños llamando a las puertas pidiendo caramelos. Todavía hay mucha gente en China que considera a los fantasmas y la otra vida como un tema tabú y que, por tanto, no ve nada adecuado disfrazarse de uno de ellos y tomárselo a broma.



Lo más parecido a Halloween que se celebra en China, es el llamado "festival de los fantasmas hambrientos", cuya fecha se rige por el calendario lunar (este año cayó el 14 de agosto). En este día, los espíritus de los familiares y amigos fallecidos, deseosos de reconocimiento y afecto, hacen una visita a los vivos. Es por tanto importante mantenerles contentos, ya sea quemando varitas de incienso en su honor, u ofreciéndoles comida y bebida. Es conveniente también dejar un asiento libre alrededor de la mesa por cada difunto que nos va a visitar esa noche. Otros eventos significativo relacionado con los fantasmas es el Teng Chieh, o festival de las linternas, y el Qing Ming, del cual ya hable aquí y es el equivalente a nuestro Día de Difuntos.



Yo nunca he sido muy entusiasta a la hora de celebrar esta tradición anglosajona que ni me va ni me viene, pero este año me he metido de lleno, disfraz incluido. No sé, será porque aquí me sienta más “occidental” que español, o simplemente por las ganas de cachondeo acumuladas, lo que está claro es que me lo pasé de escándalo haciendo el gamba por las calles y asustando a la peña, junto a gran parte de la colonia de profesores extranjeros en Shaoxing. He aquí la foto de familia:




“Cuando veas a un fantasma, no te asustes y el fantasma desaparecerá.”