martes, 27 de diciembre de 2011

Carneros siderales

En estos días de guirnaldas, panderetas y otros cachibaches navideños, quisiera dedicar esta entrada a los más pequeños y a uno de sus héroes mediáticos que más les entusiasma. Me estoy refiriendo a Xiyangyang (traducido como “El carnero feliz”), el personaje protagonista de la serie de dibujos animados más popular entre los niños (y no tan niños) chinos: 喜羊羊与灰太狼 (Xǐ Yáng Yáng yǔ Huī Tài Láng), literalmente “El carnero feliz y el gran lobo color ceniza”. Esta producción, enteramente china, lleva cosechando éxitos desde su aparición, en 2005, se emite en otros países asiáticos y del Pacífico, como India o Australia, y ha inspirado cientos de productos relacionados que se venden a espuertas. Todo un fenómeno de masas.



La trama de la serie es bastante simple. Se trata de un lobo muy malo muy malo que intenta zamparse a unas ovejitas y carneros muy buenos muy buenos, que pastan felices en el prado, pero siempre acaba fracasando, al más puro estilo del Coyote o el gato Tom. El colectivo ovino, además de resultar siempre más espabilado, cuenta con tecnología punta al servicio de su comunidad, tales como naves espaciales, ordenadores de última generación, e incluso pistolas láser. Aparte de Xiyangyang y el lobo, hay otros personajes, cada uno con una característica que sobresale (la fuerza, la sabiduria, la holganzanería, etc.), lo que me recuerda en parte al poblado pitufo.



A pesar de que los carneritos parecen destilar inocencia en cada una de sus palabras, muchos critican a la serie por su carga de violencia explícita, lo que implica un modelo negativo para los millones de críos que la ven, los cuales imitan estas acciones. Aparte, hay gente que ve incluso apología del maltrato doméstico en la relación disfuncional entre el lobo y su esposa. A mi la verdad es que me parece una exageración por lo poquito que he visto. Más bien me parece algo ñoña, pero viene bien para practicar el chino.



Ya se vea como violenta, estúpida, divertida o filosófica, lo cierto es que el éxito de la serie es un hecho, y es un signo de que China es capaz de sacar adelante su propia industria de animación, mano a mano con los mangas japoneses y los dibujos de Disney, e incluso exportarla a otros países Lo mismo algún día la tenemos en España presentada por Carmen Sevilla, quien sabe.



"El lobo muda el pelo, pero nunca el celo."

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