miércoles, 4 de enero de 2012

En buenas manos

Hacer deporte es bueno para la salud, eso lo sabe todo el mundo, pero en ocasiones un mal movimiento puede desencadenar consecuencias nefastas. Eso fue lo que me ocurrió casi finalizando el año pasado, al intentar levantar unas pesas. El aparato se quedó encasquillado y al hacer más fuerza de la cuenta, me pego un calambrazo en la columna que me dejo K.O. y casi sin poder agacharme. Un colega me recomendó visitar algún masajista chino para que me echara un vistazo, y allá que fui. La primera vez me decanté por probar la llamada técnica de masaje con ventosas (Bá Guàn en chino), que consiste en aplicar una especie de vasos de cristal, cuyo interior se calienta previamente con fuego, en diversas partes de la espalda. El calor crea un efecto de vacío de aire en el interior del vaso lo que provoca una succión de la piel, atrayendo la sangre hacia los tejidos periféricos del cuerpo. El tratamiento dura muy poco, unos 20 minutos, durante los cuales uno reposa de esta guisa:



La técnica de las ventosas se emplea en China desde hace más de 3000 años y se ha demostrado que su aplicación reporta importantes beneficios en el sistema nervioso y musculo-esquelético. Este método sirve para reducir los dolores musculares y se recomienda para tratar trastornos crónicos como la artrosis o el lumbago. Además, la acción de las ventosas elimina las toxinas del organismo y limpia la sangre, creando al mismo tiempo una gran sensación de bienestar. A nivel estético, también se utiliza para eliminar la celulitis. La técnica de las ventosas no es para nada dolorosa, solo se siente un pequeño cosquilleo debido al calor de la copa, pero no quema en absoluto. La única pega, por poner alguna, es que se te queda la espalda como un Twister, pero con círculos de un solo color. Pero bueno, se van en 2 o 3 días.


Vaya manera de empezar el año

Después del tratamiento con las copas me sentí un poco mejor, pero aún me quedaba algo de dolor en la zona lumbar, y dos días después aposté por probar el tuina, el masaje tradicional chino, basado en la manipulación y presión de zonas corporales para aliviar el dolor. Este método se basa en los mismos puntos que se utilizan en la acupuntura, y su uso también se remonta a los inicios de la medicina china. Tras unos 40 minutos manoseando el área donde el dolor persistía, el masajista pareció haber descubierto donde estaba el epicentro del problema y concentró toda su energía en él. A partir de ahí es cuando empecé a ver las estrellas. Casi se me saltan las lágrimas del dolor, parecía como si un trailer me hubiese pasado por encima, pero definitivamente me sentí muchísimo mejor al levantarme de la camilla. Dos días después de la experiencia no siento ni pizca de dolor en la columna.



No hay que romperse mucho la cabeza para encontrar un buen masajista aquí en China, y a un precio excelente, pero también tengo que decir que existe mucho fraude, especialmente en las zonas más turísticas. Por otra parte, están los locales que ofertan masajes, pero no son más que burdeles encubiertos. Lo mejor es dejarse asesorar por algún local y no tentar a la suerte con este tipo de cosas. Yo ya he encontrado el mío particular en Shaoxing. Que maquina, me ha dejado como nuevo. De hecho, hoy mismo he vuelto a hacer ejercicio físico sin ningún problema. Las maravillas de la medicina china.



"Sin dolor no hay ganancia."

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