martes, 21 de diciembre de 2010

Suzhou, la Venecia del Este



Hace más o menos un mes, en una entrada dedicada a Hangzhou, me referí a esta ciudad como el paraíso en la tierra, de acuerdo a un antiguo proverbio. Pues bien, rectificar es de sabios y debo decir que en ese momento estaba obviando injustamente a Suzhou,,también incluida en la misma cita. Este pasado fin de semana quise comprobar en persona si esta ciudad, importante núcleo comercial en la provincia de Jiangsu, en la cuenca del rio Yangtse, sigue conservando la belleza y el esplendor que antaño también embelesara a Marco Polo, al igual que ocurriera con Hangzhou.


Pagoda del Templo del Norte


Hora punta en Guanqian Jie, principal calle comercial de la ciudad




Hasta las paradas de autobús tienen su punto

Si por algo es famosa la ciudad de Suzhou, aparte de por sus canales, es por la gran cantidad de jardines que aloja, algunos con nombres tan sugerentes como el Pabellón de las Olas Azules o el Jardín de las parejas. En su época más esplendorosa, allá por el siglo XIV, se contaban más de cien, pero actualmente su número es bastante reducido, aunque los poquitos que quedan están excelentemente conservados. Yo sólo visité dos, el del “Maestro de Redes” (en honor de un noble al que le encantaba la pesca), y el del “Humilde Administrador”, el más grande y considerado el más importante de toda China (según me dijo mi acompañante local). Un lugar precioso para dar un paseo y desconectar del bullicio y tráfico del centro, a través de un entramado de puentes que conectan pabellones, cada uno con su propia leyenda, entre estanques, sauces, bambúes y flores de loto. El sentido de la armonía chino en su máxima expresión.








Jardín de bonsais

Además de jardines, Suzhou cuenta con algunos museos de interés, como el dedicado a la ruta de la seda, y monumentos, como el templo taoísta de Xuanmiao (Templo del Misterio), en pleno centro de la ciudad, o las pagodas gemelas, con su interesante jardín-cementerio. El último punto que me dio tiempo visitar antes de volver a Shaoxing, fue el complejo de la Puerta de la Espiral, al sudoeste, donde se pueden admirar los restos de las antiguas murallas de la ciudad, y la espléndida pagoda Ruiguang, la más antigua de Suzhou (data del año 247 A.C.).




Alrededores del templo del misterio


Pagoda Ruiguang y jardines aledaños

Efectivamente, a pesar de la proliferación de nuevas construcciones y el ajetreado tráfico, Suzhou guarda todavía un encanto especial que engancha al visitante, garantizándole una experiencia digna de repetir. Además, como apunto Javier, uno de los lectores, en un comentario, sus mujeres son preciosas (doy fé de ello). Me quedé con ganas de más, la verdad, pero creo que aproveché bien los dos días que pasé por allí. No descarto volver algún otro día, incluso no sería una mala opción para trabajar el curso que viene. Pero bueno, no adelantemos acontecimientos que todavía me queda mucho contrato por agotar en la entrañable Shaoxing.



"Afortunado el que vive tiempos interesantes."

3 comentarios:

  1. jajaja, escribis nota por cada segundo!!!!

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  2. Espectacular Suzhou 说 不尽 苏州 好 风 光

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  3. Muito bom seu relato!!! Bom para viajantes a Suzhou!
    Porto Alegre-Brasil

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