viernes, 27 de mayo de 2011

Shanghai, la perla de Oriente



A pesar de la relativa cercanía con Shaoxing, no había podido disfrutar de un paseo por Shanghai hasta el pasado domingo, el día después del World Music Festival. Ya había pasado por aquí antes, pero solo cuando visité la Expo y para ir al aeropuerto. Mi primer acercamiento a la ciudad más grande y poblada de China (23 millones de habitantes) se limitó a una vuelta por un par de distritos, pero me bastó para captar la esencia de esta metrópolis. Con sus enormes rascacielos, avenidas comerciales donde relucen escaparates con las marcas más reputadas, donde aún perviven vestigios de un pasado colonial, este cruce entre Oriente y Occidente, ejemplifica a la perfección el crecimiento económico y modernización de China en las dos últimas décadas.


East Nanjing Road, principal arteria comercial


Templo de Jing'an y su primer piso repleto de tiendas


Iglesia protestante, cerca de la Plaza del Pueblo

Aunque prioritariamente Shanghai esté considerado como un referente financiero y comercial, donde la gente acude principalmente para hacer negocios y comprar cosas que difícilmente encontrarían en sus lugares de residencia, todavía existen algunos rincones por los que merece la pena hacer un poco de turismo. Uno de ellos es la zona del Bund, en la ribera del rio Huangpu. Aquí se congregan elegantes edificios de estilo colonial, en otro tiempo sedes de entidades bancarias y que hoy día han sido sustituidas en su mayoría por restaurantes y tiendas de lujo. Desde aquí es posible observar la espectacular vista de Pudong, el principal distrito financiero de la ciudad, donde sobresale la torre de la televisión y el World Financial Center, el rascacielos más alto de China (492 metros).






Replica del toro de Wall Street

Otra parte que vale la pena visitar es la concesión francesa, una apacible zona residencial cuyas construcciones contrastan con la frialdad del bosque de rascacielos de otros distritos. Es un placer darse un paseíto por sus calles, adornadas con árboles, admirar sus edificios o sentarse en algunos de sus cafés que nos trasladan por unos instantes al Montmartré parisino.





No dio para más la visita esta vez, fue bastante corta, pero estoy seguro de que habrá más ocasiones de explorar Shanghai con más tranquilidad. En esta ocasión regresé a casa con muy buen sabor de boca, el mismo que disfruté al salir de uno de los mejores restaurantes en los que he estado nunca y a cuyos dueños prometí hacerle un poco de promoción en estas páginas. Se trata del Uyghur Restaurant, en el 280 de Yi Shan Road, cuya especialidad son los platos de cordero. Todo exquisito, de obligada visita si algún día recaláis por esta zona del planeta. Yo, fijo que vuelvo.

"Si no se va lo viejo, no llega lo nuevo".

2 comentarios:

  1. Es un blog muy interesante! yo soy de shanghai, ahora vivo en barcelona. Realmente es interesante saber lo que piensa un extranjero de china. Seguiré leyendo tu blog :)

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  2. Gracias Ting Ting por tu comentario. Sería muy interesante que otras personas hispanoparlantes de China pudieran acceder a esta información. El problema es que este blog esá bloqueado en China. Espero que sigas disfrutando el blog, un saludo!

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