domingo, 18 de septiembre de 2011

Pateando la muralla



Si hay un lugar que ningún viajero puede pasar por alto en su viaje a China, ese es sin duda la Gran Muralla, el monumento más emblemático del país y uno de los puntos más visitados de todo el planeta. Con una extensión de más de 7.000 kilómetros, recorre serpenteante unas siete provincias chinas, aunque la mayoría de gente suele visitar los tramos cercanos a Beijing.







La Gran Muralla empezó a construirse allá por el siglo III A.C en tiempos de la dinastía Qin, con el fín de defender los diferentes reinos de los ataques de las tribus bárbaras del Norte. Su construcción y expansión se prolongó hasta el siglo XV de nuestra era y se calcula que hasta 10 millones de trabajadores, en condiciones de esclavitud, perecieron en el proceso. Según la leyenda, se llegaban a aprovechar los huesos de los cadáveres como material de construcción. A pesar del afán de los diversos gobernantes por proteger sus dominios, la muralla no era ni mucho menos infranqueable, debido en parte a la inoperancia de los guardianes, muchos de los cuales recibían cuantiosos sobornos por relajar su vigilancia.




Algunas escaleras eran casi verticales



Existen diversos tramos abiertos para los turistas. El más visitado y conocido es Badaling, el cual suele estar abarrotado de grupos de turistas. Yo me decanté por Mutianyu, a unos 80 kilómetros de Beijing (2 horas en autobús más o menos), menos transitado y con unas vistas impresionantes, como estáis viendo en las fotos. Es posible llegar con transporte público a la misma entrada, por lo que no es necesario ir con ningún tour turístico, alternativa recomendada por los hoteles y agencias de viajes, las cuales, curiosamente, desconocen la primera opción (mucho más económica y gratificante). La parte que más me gustó de los 2.250 de muralla en Mutianyu es aquella que, por lo que dice un cartelito, no está abierta para los turistas, pero a la que se puede acceder sin problemas. Es un pequeño tramo sin remodelar, salvaje, con árboles y arbustos creciendo en la misma muralla, torretas semiderruidas, rampas inclinadas por las que hay casi que escalar… la sensación es genial, altamente recomendable.









Después de cuatro horas de subidas y bajadas, acabé bastante hecho polvo y con unas agujetas que me duraron los siguientes tres días. No sé como será Badaling y los demás tramos, pero este de Mutianyu tenía puntos en los que de verdad se requiere una buena forma física (y unos cuantos botellines de agua). A pesar de todo, la experiencia de recorrer la Gran Muralla es algo que todo viajero debería hacer al menos una vez en su vida, típicos tópicos aparte.

Próximamente más de Beijing, templos, palacios, mercadillos y demás.




“Quien no ha visto la Gran Muralla, no será un gran hombre.”

4 comentarios:

  1. francisco estoy aciendo una prueba para mandarte comentarios

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  2. bien por la bandera del cordoba

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  3. A ver si tengo suerte el próximo mes y esto que has visto tú lo veo yo también, mola colega. Manel

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  4. me gusta tu blog, yo estuve en China en agosto de 2009, me encantó me gustaría volver en cuanto pueda?
    Tienes muy buenas fotos y comentarios sobre las mismas, tal vez, con tu permiso, cuando haga un post sobre mi viaje a China en mi blog:http://yomeloguisoblog.blogspot.com.es/ pondré algún comentario del tuyo, pero haré referencia a tu blog, de acuerdo?
    Si es que no, me lo dices, gracias!!!

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