domingo, 20 de marzo de 2011

Vietnam de cabo a rabo (y III): El norte



Me bastó tan solo un paseo desde la estación hasta el hostal donde me alojé para darme cuenta de que Hanoi no es lo precisamente un lugar muy agradable que digamos para el viajero. Para empezar, abundan los pesados "cazaturistas".. Hello, hello, motorbike?..no sé cuantas veces escuché esta proposición en los dos días que me tiré allí, pero si digo cien me estoy quedando corto. No pasa ni diez segundos sin que aparezca alguien intentando venderte cualquier cosa (a precios galácticos claro está) mientras caminas por la acera. Bueno, más que acera, asfalto, ya que la primera suele estar ocupada por motocicletas y puestos callejeros, con lo que uno se juega el tipo cada dos por tres, con un tráfico caótico y enloquecido que me recordó a los tiempos de Delhi. Hay lugares que invitan a quedarse más tiempo, pero con Hanoi por desgracia ocurre todo lo contrario.






Cajero automático en el templo de la literatura

Que me perdonen los autóctonos de Hanoi y simpatizantes de esta ciudad, pero es que tenía que desahogarme de alguna manera. Una vez que me he quedado a gusto poniendo a la capital vietnamita a la altura del betún, paso a repasar sus bondades y lugares de interés, que también los tiene, faltaría más. El principal monumento es el Templo de la Literatura que en sus orígenes sirvió de escuela para los futuros funcionarios, basándose en la filosofía de Confucio. Aparte de un cajero automático y algunas tiendas de suvenires, el templo conserva estelas de piedra milenarias con los nombres de los graduados. La ciudad también cuenta con algunos bien conservados vestigios de la época colonial francesa, tales como la antigua prisión, la catedral de San José, o el Teatro Municipal.


Catedral de San José




Interior del templo de la literatura


Lago Hoan Kiem

Al igual que Saigón, la ciudad de Hanoi también cuenta con interesantes museos y edificios históricos, útiles para entender las diferentes guerras que castigaron al país, primero con la lucha contra el colonialismo francés (1945-1954) y posteriormente durante la guerra entre el norte y el sur con los americanos por medio (1964-1975). La principal zona de interés es la adyacente al mausoleo de Ho Chi Minh, donde yace la momia del líder comunista. Justo detrás se halla el museo que lleva su nombre (bastante atípico en su interior, pero repleto de información), y al lado su antigua casa, vecina al actual palacio presidencial.


Mausoleo de Ho Chi Minh


Palacio presidencial


Pagoda de un solo pilar, rareza cercana al museo de Ho Chi Minh

Desde Hanoi salen numerosos tours turísticos, la mayoría hacia Sapa (una región rural en la zona norte, ideal para los amantes del senderismo, que no me dio tiempo a visitar) y Halong Bay, donde pasé un día entero. Una vez más me apunte a una de estas excursiones organizadas. De haber ido por mi cuenta no hubiera podido volver el mismo día, con lo que hubiera tenido que pasar la noche allí, con la consiguiente clavada. Halong Bay es un escenario natural de ensueño, consistente en una bahía en la que aparecen dispersas alrededor de 1900 islotes de piedra caliza, algunos de los cuales acogen espectaculares grutas. Un lugar precioso pero que a su vez atrae cantidades innumerables de turistas, lo que hace que los timos y chapuzas con tal de sacar pasta a toda costa estén a la orden del día. Sin ir más lejos, dos días después de haber estado allí, un barco que transportaba a turistas se hundió, dejando el triste balance de 12 muertos. Con todo, es un lugar que uno no puede perderse.









Me hubiera gustado haber terminado con una mejor impresión de Hanoi, y por extensión Vietnam, pero no fue posible. El cansancio acumulado, la soledad (aunque seguí conociendo viajeros por el camino) y el mal tiempo propiciaron que las últimas horas antes de cruzar la frontera con China fueran insoportables. Pero aún me quedaba lo peor antes de llegar a casa, con esas 17 horas de tren en asiento duro, y las peores 12 horas de mis últimos años de pie en un compartimento del tamaño de un frigorífico.
De todos modos, haciendo un balance global de la experiencia vietnamita, tengo que calificarla de buena. Los primeros días fueron muy divertidos, el tiempo acompañó en la mayor parte del recorrido, disfruté de lugares interesantes, empapándome de historia y cultura, y aparte comí de escándalo. Por todo ello, valió la pena Vietnam.



"Ni el tiempo ni la marea esperan por nadie"

3 comentarios:

  1. 12 horas a pie! qué sufrimiento! Hermosas las fotos de los islotes.
    El cajero automático en el medio del templo es terrible!
    Gracias por el post

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  2. Perdon por haberte dejado SOLO ante el peligro en l aultima parte de tu "peazo'viaje". Por si no te acuerdas: QUE ENVIDIAS QUE ME DAS.
    La vida es para ti.
    PD: Queda saldada nuestra deuda pendiente, no??

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  3. "La vida es para ti", que gran frase :)
    La deuda no se saldará hasta que no te vea por estas tierras chinescas.

    Un abrazo!

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