Dejando atrás la provincia de Guandong, mi siguiente movimiento fue hacia la costa del sudoeste, a Xiamen, en la provincia de Fujian. Esta ciudad portuaria, situada justo enfrente de la isla de Taiwán, ha sido nombrada no hace mucho una de los lugares más habitables de China, cosa que no me sorprende en absoluto. El aire es más limpio y fresco, el tráfico más fluido, no está tan congestionada ("solo" medio millón de habitantes, casi un pueblo), está todo a mano, es moderna pero sigue conservando el encanto de otros tiempos, y además tiene unas playas sensacionales. Si algún día me tuviera que ir a otro sitio a vivir, tengo claro que este estaría entre mis candidatos.
Zhongshan Lu, la principal calle comercial
La primera mañana, nada más llegar, Jeanie, mi genial anfitriona, me llevó de excursión a la isla de Gulangyu, a 10 minutos en ferry. Este encantador lugar, también conocido como "La isla de la música" (de hecho se contabilizan unos 200 pianos en su territorio), fue una antiguo asentamiento internacional tras la guerra del opio en 1842, y hasta 13 países diferentes llegaron a tener representación. Finalmente fue ocupada por los japoneses hasta el final de la segunda guerra mundial. Actualmente, la huella colonial pervive en sus elegantes edificios, algunos todavía usados como residencia, y jardines al borde del mar.
En teleférico, camino de la roca del rayo de sol, el punto más alto de la isla
Mi segundo día lo pasamos visitando algunos puntos de interés en la ciudad, como la Universidad de Xiamen y su magnífico campus, muy cerca de la playa. Fue fundada en 1921, gracias a la aportación económica de inmigrantes chinos regresados de América y Europa. El departamento de lenguas extranjeras está junto a un bonito lago artificial circundado por palmeras y otros árboles. Un lugar idílico para estudiar y trabajar, ganas me daban de empezar ya a dejar mi currículo por allí, aunque a día de hoy puedo decir que cada vez me encuentro más asentado en mi querida Shaoxing.
Muy cerquita de la universidad está el templo budista de Nanputuo, de más de 1000 años de antigüedad, aunque restaurado en varias ocasiones. Subiendo por unas escaleras es posible ascender a la montaña en cuyas faldas se asienta. Desde aquí las vistas son grandiosas, pero lo que más me gustó sin duda fueron las pequeñas cuevas sagradas, con cientos y cientos de estatuillas budistas en su interior. Por lo visto, cuando alguien muere y una casa o negocio queda abandonado, la gente lleva estas imágenes a estas grutas como parte de los rituales por el difunto.
Y con el agradable sabor de boca que me dejó Xiamen, acabó este inolvidable viaje por el sur y sudeste de China. Si para algo sirvieron estos días rulando de ciudad en ciudad, fue para darme cuenta de los contrastes que existen en este país, ya no solo en los lugares sino en las personas. Conocí gente estupenda que de verdad me sorprendió y rompió los esquemas que mantenía hasta ahora sobre el pueblo chino. Todo ello me animó a continuar más tiempo aquí, con ganas de seguir explorando.
Tras una pausa de dos días para reponer fuerzas, llegaría el momento de partir para Vietnam a por otra gran experiencia, de la que ya escribiré los próximos días. En lo que se refiere a mi día a día, las primeros semanas del nuevo semestre están pasando volando. Estoy conociendo nuevos profesores y alumnos, y otras personas ajenas a la vida del campus, sigo metiéndole caña al chino (con una media de tres horas diarias de estudio y práctica) y mis planes de futuro van tomando cada vez más consistencia. Todo bien, pues.
"Vive cada día de tu vida como si fuera el último...un día acertarás"
Gracias a tus blogs siempre nos refrescamos la memoria con los aportes de historia que nos ofreces combinados con la geografía y experiencias personales que le dan un valor muy especial.
ResponderEliminarPako, si me permites, menudos viajecitos te pegas. Me parece espectacular y las fotos muy buenas, por aquí nos tenemos que conformar con leerte dia a dia. Saludos, desde valencia, Rafa.
ResponderEliminarmuy linda ciudad! De quién son las estatuas de bronce? parecen de la epoca de la revolución, quizas? Es interesante porque la mayoría de los chinos que viven en mi país (Argentina) vienen de Fujian, no sé porque será?
ResponderEliminarMuy bueno el blog!
Gracias Pedro. La verdad es que desconozco a quien están dedicadas las estatuas, pero estaban en el campus de la Universidad...supongo que a algún profesor.
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